jueves, 10 de febrero de 2011

el heroe y el monstruo


Hace unos años un niño fue a Alemania con sus padres y sus dos hermanos a pasar el verano,alquilaron una cabaña al pie de un lago, y al otro lado del lago había un castillo del que decían estaba encantado.
El niño se llamaba Jorge , tenia 13 años, era un niño alto, rubio, ojos azules, era muy listo y sentía mucha curiosidad por todo lo que le rodeaba, también practicaba el fútbol, el tenis y muchos más deportes.
Sus hermanos se llamaban Héctor y Pablo y eran más pequeños que él, habían cumplido 11 años y eran unos gorditos gemelos, tenían muchas pecas en la cara y costaba diferenciarlos, tenían el pelo negro, los ojos verdes , les gustaba el tenis, el béisbol, leer, estudiar y eran bastante miedosos.

Sus padres se llamaban Esther y Javier, tenían 40 años los dos,su madre de pelo negro y ojos marrones, era pintora y le fascinaba todo lo que fuera arte. Su padre tenia el pelo castaño, los ojos marrones, era deportista y cuando se enfadaba no había ser humano que se acercara ni estuviera al lado suyo, ademas le gustaba la pesca y la caza, es decir, que era muy deportista y muy gritón.




Cuando la familia llego a Alemania lo primero que hicieron fue irse a la cama, el viaje los había agotado. A la mañana siguiente madrugarían para ir a visitar el castillo y otros museos.
Al día siguiente, desayunaron y cogieron una barca para ir al castillo que estaba cerca de su casa, cuando llegaron se llevaron una decepción muy grande al ver que el castillo estaba cerrado, nadie sabia porque. Pensaron que irían a otros castillos y a más museos, pero Jorge no tenia suficiente él quería visitar ese castillo a toda costa. Esperó a que fuera de noche y se armo de valor, cuando todos estaban dormidos se fue hacia el castillo y justo antes de entrar le cortaron el paso dos hechiceras que le dieron unos brebajes para poder tener los siguientes poderes:
  • ver las cosas que no se pueden ver,
  • una llave espada,
  • y un saquito con polvos mágicos
Y la siguiente recomendación: “Utiliza lo que te damos para hacer el bien, o si no, caera sobre ti la peor de las maldiciones”.
Con todo esto entro en el castillo y vio alucinado que había monstruos saliendo de todas partes, se filtraban por las paredes y el suelo como si fueran humo y tuvo que luchar contra ellos, luchó durante horas hasta que cayó rendido y no quedaba ni uno, podríamos decir que esta vez les ganó, estaba muy cansado y se fue a casa a dormir un poco por que ya eran las seis de la mañana.
Cuando se levanto ya estaban despiertos sus padres, se habían vestido y estaban desayunando, el también estaba vestido, ya que no había dormido esa noche, se puso a desayunar y salieron a pasear en barca por el lago, después fueron a la ciudad de compras y compraron ropa, juguetes, joyas y algunos recuerdos. Comieron en una cervecería típica Alemana y lo pasaron muy bien, después
visitaron museos y cuando se hizo de noche se fueron a casa a dormir.
Jorge no podía pensar en otra cosa que no fuera visitar el castillo de nuevo, necesitaba saber si lo había liberado de todos los monstruos, se levantó de la cama, se deslizó por la ventana y fue al castillo otra vez. Cual no fué su sorpresa cuando al abrir aquella enorme puerta, de nuevo los monstruos danzaban a sus anchas, se encontró con los mismos monstruos multiplicados por diez pero esta noche había un invitado de honor, contaban con otro monstruo más grande que el monstruo más grande que puedas imaginarte, era gigante. Jorge dió un grito y llamó a las dos hechiceras para que le ayudasen, lucharon toda la noche hasta que solo quedaban Jorge y el gigante, esta noche gano el gigante, le dejo vivir y le advirtió que si volvía no seria tan amable.
A pesar de todo lo que le dijo el gigante, Jorge volvió una noche más al castillo, esta vez iba más preparado que nunca. Cuando llego vio que el gigante estaba durmiendo así que lo embadurno de gasolina, encendió un mechero y lo quemo. A Jorge le consideraron un héroe, fue el niño más valiente que había visitado aquel pueblo alemán y le hicieron una estatua en su honor, que colocaron en la plaza del pueblo rodeada de flores.
Cuando se levanto por la mañana se dio cuenta de que todo había sido un sueño, pero le seguía pareciendo tan real que fue corriendo a contárselo a sus padres insistiendo que aquella aventura había pasado.
Sus padres le dijeron: cuanta imajinacion tienes Jorge, de mayor deberías dedicarte a escribir libros de aventuras!

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